El Liverpool se perfilaba como uno de los grandes favoritos hasta que pinchó sorprendentemente ante el FC CSKA Sofia. El conjunto búlgaro había caído goleado un año antes en Anfield, pero se tomó la revancha en cuartos de final. Era el momento del Villa. El equipo entrenado por Tony Barton necesitaba marcar lejos de su estadio para eliminar al Dynamo Berlin en segunda ronda y se enfrentó al FC Dynamo Kyiv en cuartos de final, pasando tras empatar a cero en la URSS y vencer 2-0 en casa. En semifinales se encontró con el RSC Anderlecht, equipo que luchaba por su quinta participación consecutiva en una final de la Copa de Europa, pero un gol de Tony Morley dio la clasificación al Villa.
Rótterdam era la última parada para los hombres de Barton, aunque el FC Bayern München parecía muy superior a los ingleses. El equipo alemán había vencido al CSKA por un global de 7-4, con dos goles de Paul Breitner y Karl-Heinz Rummenigge en la vuelta de las semifinales disputada en Múnich. En la final, el guardameta del Villa, Jimmy Rimmer, tuvo que ser sustituido por el joven Nigel Spink, pero el momento cumbre llegaría con el gol de Peter Withe en la segunda parte.
La representación española en la competición fue la Real Sociedad, campeón de liga en la temporada anterior, pero que cayó a las primeras de cambio ante el CSKA Sofia al caer en la ida a domicilio 1-0 y no poder pasar del 0-0 en casa.
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